En el Centro Social y Parroquial de Figueiró hay alegría, dinamismo y muchas actividades grupales. Pero también hay espacio para quienes prefieren la paz, la rutina más moderada y los momentos para sí mismos. El Sr. Joaquim es exactamente así: reservado y observador, y donde se sienta más cómodo lejos de las multitudes.
No es que no me guste el centro, todo lo contrario. Simplemente no se refleja en las dinámicas colectivas, los juegos grupales o las conversaciones ininterrumpidas. Lo que realmente lo hace feliz es sentarse frente al ordenador de Sioslife... y sumergirse en su pasatiempo favorito: los crucigramas.
«Eso es lo que realmente me gusta hacer. Me gusta estar ahí, con calma, pensando en las palabras». — nos contó ese aire sereno de alguien que encontró su rinconcito ideal.
La pantalla, de hecho, lleva las marcas de esa dedicatoria. Las palabras están grabadas, son visibles, como quien deja huellas en una playa a la que le gusta volver todos los días.
Pero no todos son buenos días — hubo un momento en que el ordenador tuvo que ir a Sioslife debido a un mal funcionamiento.
El Sr. Joaquim se quedó, como él mismo dijo, «desolado». «No tenía nada que hacer... Acabo de dormir en el sofá».
Los colaboradores del centro confirman: Nunca lo han visto tan aburrido. Le faltaba su momento, su refugio, su juego.
El Sr. Joaquim nos enseñó que el bienestar también se construye en el silencio, en la autonomía y la sencillez de las rutinas que son buenas para nosotros. No todos se dan cuenta de sí mismos colectivamente, y eso está bien. Lo que importa es que todos se sientan valorados en su forma de ser.
En la vida del Sr. Joaquim, Sioslife no es solo un ordenador. Es el espacio donde Encuentra la concentración, el placer y la paz. LO ES donde ejercita la mente y da color a tus días.
Es allí, entre letras y cruces, donde El Sr. Joaquim también nos muestra lo que significa envejecer con dignidad: a su propio ritmo, con respeto y con un juego que nunca deja de ser un desafío.
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